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domingo, 22 de abril de 2012

Messi y "Bones" Jones


Un sujeto vuelve a plantearse la naturaleza de los textos que quiere para su blog. Quisiera, ante todo, que sus entradas fuesen fluidas. Pero no, se arrepiente, me arrepiento. Abrumado, con necesidad de teclear, digamos, y así, el sujeto. El sujeto está confundido. No sabe qué hacer ante el teclado. Sus ideas son infinitas. Pero se cansa: esbozar, escribir todo lo que se le había ocurrido en el día como tema adecuado para escribir, ahora le resulta fatigoso. Todo, fatigoso. El tipo está ahí, estoy ahí, digo, el tipo. El tipo, el sujeto, no quiere ser un poeta. Puta madre, se dice, otra vez. Está. No quiere ser poeta. Se ve entrelazado entre alambres de algas. Mira, trata de recuperarse; ya no hace esto por algo, lo hace por nada, o más bien, para que le saquen algo. Trata de remontar su colina. Ahí va, se dice, primera exhalación. Entonces punto y aparte.
Se relajó bastante, pero le queda mucho. Piensa en el fiambrero del súper. Hoy intercambió unos lamentos por los resultados del clásico español. Mario, se llama; ese tipo le cae bien; fiambrero y repositor del súper. Va igual. Teme desbarrancarse. Prosigue, sin embargo. Se hace sonar el cuello, respira hondo, es gratificante. Disipándose aquel aturdimiento. Las teclas canalizan. “Le pego a la máquina de escribir”, recuerda. El perdedor aquél, que después se montó varias minas. Las teclas, el golpeo, canalizan. Pequeños arcos voltaicos bajo las yemas de los dedos; de las yemas a los entresijos de las teclas. Teme igual. Se dice que no lo logrará. Qué notable. El Barça perdió porque Messi no estaba pleno. El fiambrero le había dicho que se comentaba que la novia de Messi estaba embarazada. Lo que pueden las minas. Qué puto hay que ser para no saber tratarlas. El tipo, yo, el sujeto, aquél, odia a Cristiano Ronaldo porque es fanfarrón, portugués y merengue. Más tarde, el tipo se quedó a ver el UFC para ver pelear a Jon “Bones” Jones. UFC 145. Ganó Jones, pero no brilló. Messi y Jones tienen veinticuatro años, piensa. Hoy dos monstruos apagados; hoy no, ayer; ya es 22 de abril.
Teme no lograrlo nunca. Nunca apostó a las pruebas hasta el fin. Eso lo arruinó. Se dice, Aquí habría que escribir pequeñas notas legibles, prolijitas, como las de un periodista meticuloso. Boludeces. Boludeces ininterrumpidas. Se dice tantas cosas y se niega a verse a sí mismo. Siempre quiere ser el agua que toma la forma del vaso transparente. Siempre estuvo loco. Bah, dice el sujeto, bah. Quería decir que el fútbol debería ser considerado como un gran entrenamiento del alma. El futbolista se cae anímicamente y, aunque sea Messi, cagó. El fútbol, todas las competencias, todos los juegos en general: un entrenamiento del alma. Habría que verlo como un entrenamiento espartano, piensa. El sujeto se entiende. Y “pobre tipo”, se decía el sujeto, en voz alta pese a que estaba solo; “pobre tipo” ese Rashad Evans, el rival de Jon Jones; y “pobre tipo”, se decía el sujeto, cuando los comparaba al principio de la pelea. No obstante, el pobre tipo terminó de pie. No porque necesariamente dejara de ser un pobre tipo, sino porque el campeón, Jon “Bones”, no brilló.

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